Cuando el comfort es la novedad y no el conformismo

La llamada ‘zona de confort’ no tiene buena prensa. Se asocia de forma inmediata con conformismo, inacción y apoltronamiento. Cualquier gurú del cambio apunta a ella como objetivo en un campo de tiro, la presa a batir, caza mayor.
Pero nada más lejos. Nos gustan las emociones. Nos gusta el cambio. Nos gusta lo nuevo. No conozco a nadie que se apunte a visitar un Parque Temático al uso y decida montar en la atracción ‘The Swan Lake Placid Walk’ en lugar del ‘Roller-Kamikaze-Furious-Dragon-Coaster’ de turno.
Queremos series que nos agiten, cambios en casa, nuevos productos, adrenalina. Nuestra zona de confort está llena de emociones. Es nuestra ‘zona de incomodidad’ la que está invadida de rutina.
Y no es inacción, no es inmovilismo. Es seguridad. Incertidumbre toda, pero la seguridad necesaria. Experimentar la emoción de lo nuevo con la sensación de ir seguro. La emoción del salto desde el acantilado con la prudencia de asegurarse antes la profundidad.
El cambio con herramientas para llevarlo a cabo es fascinante, es nuestra naturaleza. Es nuestra verdadera zona de confort.
God Bless the Confort Zone.